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La presencia de semejante emisión ha sido observada desde hace mucho tiempo en los experimentos de laboratorio, entre los cuales de última referencia son los coordinados por Fritz Albert Popp (1989, 1994). Éste ha puesto de manifiesto en el ADN nuclear la presencia de unos cuantos de luz (biofotones = fotones con propiedades de frecuencia, velocidad, etc. modificadas como consecuencia de su penetración en el ámbitoorgánico no linear) y ha constatado que su proceso de liberación se realiza bajo la forma de una «emisión ultra débil» de bioluminiscencia (una emisión de tipo «bioláser»). (N. del A.)
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La teoría demuestra la analogía estructural y funcional entre los sistemas de láseres técnicos y los sistemas de «láseres biológicos» de los que hablamos arriba. (N. del A.)
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Encontramos aquí la diferencia esencial que distingue entre el mecanismo de la curación y el mecanismo «mágico» de las terapias complementarias: el primero acciona directamente sobre el substrato físico, mediante prácticas de tipo físico, químico, quirúrgico, etc., el último acciona indirectamente sobre el cuerpo, modificando primero el estado del biocampo aferente, mediante prácticas energo-informacionales específicas (psicológicas, emocionales, etc.). (N. del A.)
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Porque no se puede hablar de holografía (de hologramas cerebrales) sin la presencia de la emisión de tipo láser (coherente, direccionada, monocromática, intensa), es decir, sin los «instrumentos técnicos» capaces de generarla. La teoría de los «láseres biológicos» explica precisamente el modo en el que se realiza este proceso de generación de la bioluminiscencia / emisión coherente de tipo «láser biológico», a nivel de las diferentes bioestructuras del organismo humano. (N. del A.)
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Es precisamente esta cualidad estructuro-funcional la que nos ha permitido, en otro contexto (Stanciulescu, 1997), definir el estado de salud del organismo como un estado de transparencia del organismo a la luz. En otras palabras, si los cristales líquidos membranarios aseguran la penetración óptima de la luz en el interior del núcleo, de la célula, del órgano, etc., el organismo cumple la condición esencial de salud. Todas las terapias «mágicas» con luz o con cristales colorados, así como los efectos terapéuticos de la terapia moderna (con luz láser, polarizada, etc.) se basan en esta propiedad de la penetrabilidad de la luz en el organismo biológico (humano). (N. del A.)
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A este estado le podría corresponder lo que el texto bíblico llama «lenguaje preBabel», específico de aquel período protoarcaico en el que todos los hombres utilizaban un lenguaje único, común, apto para transmitir por vía telepática representaciones mentales esenciales. (N. del A.)
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Hemos demostrado en otra ocasión (Stănciulescu, Constantinescu, 1995) que el organismo humano está construido como un conjunto de «trampas jerarquizadas», en las que la energía es predominantemente almacenada en la sustancia orgánica (nuclear, celular, etc.), y la información en los campos aferentes a ésta. Cada una de estas trampas representa un signo / señal específica, que se liberan en ciertas condiciones de estimulación. Una vez liberada, la señal energo-informacional se convierte en estímulo excitante para otra trampa con la que se halla en resonancia / coherencia y que, después de una excitación suplementaria, desata su propio contenido, etc. En este mecanismo se basan las prácticas «mágicas» de la acupuntura, reflejoterapia, presopuntura, etc. (N. del A.)
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Hemos justificado en otro contexto (Stănciulescu, 1990) la existencia de un «lenguaje de lo vivo», basado en fenómenos de resonancia específica de todas las micro y macro-estructuras biológicas. Los experimentos realizados por los especialistas han puesto de manifiesto la presencia de la transferencia de información biológica, por una vía insuficientemente conocida, entre dos grupos de organismos celulares, entre plantas y animales, entre hombres separados por grandes distancias. La existencia objetiva de tales fenómenos denota la constitución de un «espacio de comunicación» específico de todos los seres vivos (biosemioesfera), por el que las bio / psico / ondas soporte (significante energético) y su contenido informacional (significado bioluminiscente) pueden propagarse. (N. del A.)
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«La liberación de Kundalini», por ejemplo, proceso muy conocido en las prácticas yoga, se explica precisamente por estas prácticas de «meditación mágica». Nuestra conclusión es que el organismo biológico ha conservado varias modalidades redundantes de liberación de los recursos latentes, para que, cuando la necesidad se lo imponga al organismo, no aparezcan obstáculos mayores en su realización. Una vez más, la complementariedad entre las intervenciones de la «medicina mágica» y las de la medicina moderna (alópata) encuentra un soporte científico concreto. (N. del A.)
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Por ejemplo, el hecho insuficientemente explicado de que ciertas «plantas mágicas» deban ser recogidas cuando hay luna llena, para que tengan un efecto máximo sobre el organismo humano, puede ser comprendido fácilmente desde la perspectiva TLB, que muestra que: (1) la luz de la luna es polarizada, al igual que la emisión biofotónica (bioluminiscente) del organismo vivo (vegetal incluido); (2) la interferencia entre la emisión lunar y la de la planta es máxima cuando la luna está llena; (3) el efecto energo-informacional de esta interferencia es guardado en la memoria del substrato vegetal, para ser transmitido ulteriormente al sujeto humano que utiliza la planta con fines terapéuticos. (N. del A.)